viernes, 21 de diciembre de 2012

La moralidad inmoral


LA MORALIDAD INMORAL


Al finalizar los estudios tuvimos que ponernos a trabajar como todo hijo de vecino, algunos de carpinteros, otros de mecánicos, fontaneros, electricista y albañiles, entre otras actividades. Todos compartíamos diversos aspectos como era la juventud, la inexperiencia y, como no,  las  ganas de comernos el mundo. Todos queríamos tener un oficio, para que en el día de mañana nuestros hijos tuvieran un esperanzador futuro, mejor que el que nos había tocado vivir a nosotros.
Las empresas nos formaron en el mejor de los casos y sacaron de nosotros el potencial que llevábamos dentro; a su vez,  ellas fueron creciendo en tamaño y en capital llegando a conseguir una sociedad  más equitativa y justa. Fueron años de bonanza económica, la gente podía disfrutar de unas vacaciones mientras la renta per cápita subía, apareciendo un nuevo protagonista de la sociedad, la clase media. Todos teníamos derechos hasta que apareció la codicia y la envidia, donde enriquecerse se ponía de moda sin preocuparse del daño que ocasionaba. Los personajes que movían estos hilos en la sociedad daban a entender que el fin justificaba los medios, el todo vale. Los bancos daban lo que no tenían y prometían lo que no podían afrontar, nadie controlaba nada y llegó lo inevitable. Llegó el momento de cerrar fábricas, no poder acabar las obras, destrucción de puestos de trabajo, recortes en todo lo inimaginable, todos los recursos del bienestar social eliminados, la enseñanza volvía a niveles de la edad de piedra, los políticos no tenían ningún pudor en corromperse, los banqueros sumaban más y más botín para blanquearlo en paraísos fiscales. El gobierno, juntamente con las instituciones bancarias y políticas se mostraba ante el mundo con una imagen negativa. Europa y otros continentes se reían al ver como estos se enriquecían a base de cohechos y malversaciones de bienes públicos. Nadie movía ficha para frenar estas acciones, sino todo lo contrario, personajes de esta calaña eran colocados en puestos del gobierno para que siguieran robando y  manipulando el valor de las cosas en provecho de sus bolsillos y partidos. Es desolador ver como estos políticos se consideran patriotas y nos dan clases de moral, mientras el pueblo esta retrocediendo a la miseria, la esclavitud y analfabetismo con el consabido mal social de décadas anteriores. Me pregunto si la humanidad aprenderá la lección alguna vez y podremos ser capaces de dar a cada uno lo suyo.
El Vaporista

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